En que difícil situación nos han puesto a los Mexicanos. Dentro de unos días tendremos que elegir entre las mas carentes opciones de gobierno, entre el candidato al que menos delitos se le adjudiquen, entre el que mejor sabe mentir o el que menos miedo nos da.
Y aun así levantamos sus banderas como si fueran héroes salvadores, los justificamos, defendemos y hablamos de ellos como si los conociéramos, como si nunca nos hubieran fallado.
Olvidamos que cada 6 años pasamos por lo mismo y escuchamos las repetidas promesas de un cambio que nunca llega, dichas en diferentes palabras y por distintas caras. Nos hemos transformado en la mujer golpeada que defiende a su esposo, en el esclavo que honra a su rey, en aquel que cree ciegamente en la misma mentira una y otra vez. Estamos acostumbrados a vivir como si no pudiéramos tener nada mejor, creemos que el ideal de un país justo es tan difícil como imposible, creemos que el resultado de hacer las cosas bien es una tarea que requiere de muchos años, años que no nos tocará vivir.
Creemos en un spot, en un debate, en sus palabras estudiadas y en sus manitas con movimientos de mímico amable, creemos en un periódico de tercera categoría y en la opinión crítica de un periodista vendido, creemos en la televisión que se ha burlado de nosotros por generaciones. Creemos en los “nuevos” personajes que finalmente representan los mismos intereses, creemos fielmente en una nueva mentira. Creemos en todo, menos en lo que nosotros creemos.
No nos importa que aquellos que antes fueron enemigos ahora sean aliados, hemos definido una postura que nadie nos hará cambiar. Votamos por el partido que nos han heredado, votamos para complacer al de al lado, votamos por un puesto prometido o por haber recibido un ofensivo regalo de estos cínicos personajes. Votamos por ellos, no por nosotros.
En tiempos electorales todo se nos hace poco, no son tantos 60 mil muertos ni 20 mil desparecidos si ninguno de ellos fue de tu familia, se nos hace poco 70 años de corrupción si tú fuiste un beneficiado de ésta, no es tan grave el desempleo si tú aun tienes un trabajo, no es tan escandaloso que negocien con delincuentes, que hayan sido ineficientes e insuficientes, no te parece tanto lo que han robado, ni mucho en lo que han fallado. Perdonamos con conformismo su mediocridad que siempre estará respaldada por la excusa y el pretexto.
Pareciera que somos capaces de tropezar cientos de veces con la misma piedra hasta justificarlos y creer de nuevo en sus palabras, como si éstas alguna vez hubieran valido de algo.
Nos han tomado la medida, saben dividirnos, manipularnos, convencernos, saben sembrarnos miedo, nos conocen… ellos nos han moldeado. Han logrado que califiquemos de radicales y revoltosos a aquellos que se atrevan a levantar la voz, mientras en la historia nos hacen honrar a revolucionarios y caudillos. No nos damos cuenta que solo hay dos partidos: ellos y nosotros.
Se supondría que el presidente debería ser la persona más preparada, inteligente y culta, individuo ejemplar y de conducta intachable, aquel que por sus valores intelectuales y morales es capaz de representarnos a todos, pero parece que aplaudimos al más inepto, al tranza, al incapaz, al que nos hable más bonito.
Una vez mas, corremos el riesgo de que alguno/a de estos personajes llegue al trono y sentado desde arriba, empachado de poder, haga lo que le venga en gana y se preocupe solo por lo que le beneficie a él y a los suyos, llevándose todo lo posible antes que termine su reinado para después dejar a un buen sucesor y no correr riesgos en un futuro.
Dejemos de repetir la historia, cada día tenemos la oportunidad de cambiar nuestro destino y este 2012 es una buena ocasión para hacerlo, juntos.
Siddhartha.
fuente: Siddhartha Fansite